Entrevista al escritor de «Las lágrimas de la verdad»
2017/06/30 | CAZARABET
MAS DE LAS MATAS.-
– Amigo, los conflictos armados siempre sacan, como bien dices, lo mejor y lo peor de las personas, ¿no?; ¿por qué lo crees desde tu reflexión?(porque decirlo o pensarlo lo decimos o lo pensamos todos, pero me interesa tu punto de vista)
– Así es, en un conflicto armado hay personas que son capaces de mostrar lo peor y lo mejor de sí mismos, ¿por qué? Desde mi punto de vista, y así lo reflejo en la novela, hay protagonistas que son capaces de valorar a las personas en función de cómo son y no de quiénes son; es decir, hay personajes que justifican sus viles acciones debido a la ideología que dicen defender, mientras otros son capaces de alejarse de sus creencias para realizar dignas acciones y desvelar las virtudes que anidan en el ser humano.
– ¿Es por eso que mantienes que no hay ni buenos o malos?; entonces, ¿qué hay?
– Mi línea argumental es alejarme de la visión interesada y parcial de que fue un conflicto entre buenos y malos desde un punto de vista ideológico; es decir, en función de cuál sea el bando al que mayor simpatía puedas tener juzgas al contrario con mayor o menor desprecio, y este no es el objetivo de esta novela.
Para mí, lo fundamental, es que el lector pueda tener mayor o menor simpatía a los personajes en función de los sentimientos o las emociones que manifiestan cada uno de ellos a lo largo del relato. Y son las acciones que cada uno de ellos acaban realizando las que les acabará definiendo como seres venerables o malvados, pero siempre desde un punto de vista humano y no ideológico.
– En cambio, sí que hay personajes que para auparse, quedarse y mecerse en el poder son capaces de lo peor, ¿serán los malos de tus narraciones, en concreto de Las lágrimas de la verdad?
– Sin lugar a dudas. Hay personajes que son capaces de recurrir a la traición o al deshonor para adquirir una posición de privilegio con respecto a los demás o seguir acumulando mayores cotas de poder. Estos personajes son los que reflejan que la codicia y la avaricia que puede anidar en el interior del ser humano puede llegar a ser infinita, y se acaban convirtiendo en los villanos de esta novela.
– Y como dice siempre hay personas que habitan y viajan por la vida con el corazón y trabajando a su merced, ¿crees que estos personajes en tus narraciones son los que encarnan a “la bondad” y la escenifican, aún viéndose, a menudo, desbordados por “la maldad”?
– Sí, por supuesto. Hay protagonistas que toman decisiones comprometidas, debido a que usan el corazón y no la razón. En algunos casos, no les resulta nada sencillo, pues asumen un riego que les puede llevar a ser castigados con severas represalias. Pero es aquí donde emergen los sentimientos de bondad y solidaridad hacia los demás. Estos personajes son los que se acaban convirtiendo en los héroes de esta novela.
– ¿Es que el mal le puede al bien?
– Interesante pregunta; de hecho, la respuesta no me resulta nada sencilla elaborarla. Creo que en un conflicto el mal, en muchas ocasiones, se acaba imponiendo al bien desde un punto de vista general y muy amplio, pues las atrocidades que realizan cada uno de los bandos enfrentados para poder derrotar al contrario pueden llegar a resultar escalofriantes. Sin embargo, si se analiza de manera pormenorizada a cada individuo es aquí donde el bien tiene más posibilidades de imponerse al mal, debido a que hay personas que tienen la virtud de no dejarse arrastrar por esa ola de odio que mueve a muchas personas cuando se encuentran bajo el paraguas protector de una organización, que fomenta la eliminación o las represalias hacia todo aquel que piensa de manera distinta.
– Esta es una obra de circunstancia bajo una guerra civil, pero donde los personajes tienen un peso más que fundamental. Cuéntanos, por favor.
– La guerra civil será el contexto sobre el que está ambientada la obra, pero lo realmente importante es que a través de las distintas tramas de amor, traición, honor o venganza el lector acabe descubriendo por qué es importante aprender a llorar las lágrimas de la verdad. El conflicto se describe a través de las emociones y los sentimientos que emergen desde el interior de cada uno de los protagonistas.
Es una novela que va mucho más allá de la guerra civil, ya que aborda y ahonda en las guerras internas que cada uno de nosotros vivimos a nivel personal no solamente con nosotros mismos, sino también con nuestro entorno, es decir, con nuestros seres queridos.
Por tanto, el título de la novela esconde un mensaje de transcendencia vital y vigencia actual, y hay personajes que se encargan de desvelar qué hay detrás de Las lágrimas de la verdad.
– En qué o en quién te sueles inspirar para “dibujar”, casi “retratar” a estos personajes?
– Hay personajes que tenía muy claro cómo iban a ser, pues, en algunos casos, he podido recurrir a experiencias personales que haya vivido o que me hayan contado. Otros, sin embargo, han ido apareciendo en función de las necesidades que creía que eran necesarias para que el relato tuviera agilidad e intriga. Y por último está Gumersindo de Estella, el único personaje que existió realmente y cuya historia me cautivo desde el mismo instante que la conocí. Así que, bajo mi punto de vista, este último es uno de esos héroes anónimos que habitan en la “Historia de los Olvidados”, y cuyas dignas acciones hay que darles repercusión. Por esto, brindo mi particular homenaje a este monje que siempre aunó sus esfuerzos en aras de la reconciliación y no de la confrontación.
A la hora de qué me ha llevado a retratar a unos personajes de una manera u otra ha sido intentar pensar cómo eran las personas que vivían en los años treinta y hacer un paralelismo, si se podía, con los principios y valores que pueden tener muchos de los ciudadanos que conforman la sociedad actual.
– Gente muy común que se convierten en tus protagonistas en el día a día de tus novelas y, en concreto de “Las lágrimas de la verdad”. ¿Son los verdaderos héroes de la vida y, por lo tanto, de tus novelas?
– Sí, gente cotidiana que encarna cómo pensaban una buena parte de esos individuos que formaban parte de las distintas clases sociales de la España de los años treinta. Así que son personajes de carne y hueso con los que nos podemos sentir identificados.
Pienso firmemente que es necesario rescatar a todas esas personas anónimas que jamás tendrán un hueco entre los libros de Historia, pero cuyas experiencias y manera de entender la vida es esencial para ayudar a comprender mejor qué pasó realmente. Como diría Eduardo Galeano, es de vital importancia rescatar la “Historia de los olvidados”, y esta premisa la he tenido muy presente a la hora de crear los personajes, pues ellos serán los héroes y villanos de la novela.
– Luego está el escenario, Aragón, no puede ser otro, ¿verdad?; ¿por qué te atrae tanto?
– En un primer momento pensé en abarcar todo el territorio nacional, pero a medida que me fui documentando unos libros me llevaron a otros, y llámalo casualidad o causalidad pero al final me di cuenta de que en Aragón habían sucedido cosas totalmente únicas durante este periodo.
Por ejemplo, Huesca fue la capital que más tiempo permaneció asediada, la diócesis de Barbastro fue la que mayor ira atea sufrió de todo el país, y, por supuesto, el insólito y utópico movimiento colectivista que estalló en buena parte de los pueblos de la franja oriental de nuestra región. Además es curioso, y me alegra enormemente poder responder a las preguntas que me estáis realizando, porque en Mas de las Matas hubo una insurrección anarquista en diciembre de 1933 que intentó fomentar el colectivismo pero fracasó a los pocos días. De hecho, hay un libro que recopila los acontecimientos de ese conato revolucionario y que recomiendo que se lea.
Todas estas excepcionalidades me hicieron darme cuenta de que Aragón era el escenario perfecto para recrear las distintas realidades que se vivieron durante esta época.
– Personajes, trama circunstancial o argumento, escenario; ¿qué peso tiene este último?
– Quien se sumerja en la lectura de esta novela comprobará como en cada capítulo hay una historia de principio a fin, pero que a la vez deja abierta una nueva para que el lector se sienta atraído a continuar leyendo. Por tanto, los personajes por muy antagónicos que pueden parecer se acabarán cruzando para después separarse, y ese cúmulo de tramas circunstanciales irá sustentando el argumento principal de la novela, cuyo desenlace es en los Pirineos. Por eso, quien acabe leyendo la novela entenderá el porqué de esta portada.
– Aquí hablamos de la verdad; esa verdad que si bien arrastra las mentiras, también arranca muchas lágrimas. ¿Qué nos puedes decir?
-Se habla de la verdad cuando se sobrepasan los límites que alguno de los protagonistas se impone o le imponen, mientras que otros no son capaces o simplemente sienten vértigo al intentar ir más allá de lo que a priori podrían haber concebido, y tienen que vivir entre mentiras para disfrazar esa verdad que podrían haber alcanzado si hubieran sido valientes.
Evidentemente enfrentarse a la verdad entraña riesgos y sacrificios que acaban provocando que los protagonistas derramen lágrimas. Pero ahí está la clave de esta novela, ver cómo hay personajes que son capaces de enfrentarse a sus propios miedos para alcanzar la felicidad, aunque previamente tienen que aprender a llorar las lágrimas de la verdad.